A punto de cumplir los 18, la menor de los Spinetta cuenta sobre su naciente carrera como actriz de cine ("Las viudas de los jueves") y televisión ("Mitos").
Publicado el 31 de julio de 2009 por el suplemento Si!
Por Ivanna Barbagallo
Todos somos un poco tortugas. Por lo menos, al momento de elegir la carrera que queremos seguir, nos encontramos con esa mochila intransferible que nos marca lo que nuestros ancestros forjaron. Un poco es así para Vera Spinetta, la más joven del clan, que admite que tiene que ser "buena en lo que haga", por la historia que sus familiares más cercanos le dejaron. Sin embargo, puede hacerse cargo del legado artístico sin problemas: "No soy la oveja negra, no la hay. Estoy inaugurando la actuación en la familia".
Desde los cinco años tiene en claro que quiere actuar: "Hacía danza y a la salida de una clase me di cuenta de que quería ser actríz, todo el tiempo interpretaba personajes. Pero no lo veía". El año pasado dejó el colegio para dedicarse al rodaje de Las viudas de los jueves. Revela que la rutina no es para ella y que siempre le resultó difícil el colegio pero que igual va a dar las materias para concluir la etapa.
-¿Cómo ves que tu primer trabajo haya sido en cine?
-¡Ay, qué lindo! Me considero afortunada, nunca imaginé que lo primero iba a ser una película y menos de Marcelo Piñeyro, que me parece un gran director. Sólo vi un par de escenas, pero lo que vi me pareció increíble. En realidad, me da vergüenza verme porque empezás a juzgar. Pero le puse mucho empeño.
-Y verte en la televisión, ¿que te produce?
-Me da mucha gracia verme en Mitos porque tengo 17 años y hago de Lucía, que tiene 14, y parezco de esa edad. Para eso me remonté a cómo viví esa época.
-¿Qué tienen en común?
-Somos muy caprichosas, aunque ahora trato de lidiar con eso. Soy familiera y sensible como ella, pero no soy tan clásica ni religiosa: nunca lo fui. Ella está en una etapa de elección donde se seleccionan amistades y está experimentando salir con una chica.
-¿Vos también experimentaste con chicas?
-No, siempre estuve ocupada en los hombres. Siempre me gustaron muchos a la vez (NdR: suelta una carcajada). No tuve mucho tiempo tampoco, hace un año y medio estoy de novia y me olvidé de todo.
-¿Quiénes son tus referentes teatrales?
-No tengo. Hay muchos que me gustan. Norman Briski me parece excelente y tal vez empiece a estudiar con él el año que viene, pero me da un poco de miedo. Igual soy amiga de la hija (NdR: más risas). En Las viudas de los jueves aprendí de los grandes porque no me acerqué de cholula, fui como soy.
Para aquellos capaces de hacer cualquier cosa con tal de tener un segundo de exposición mediática (onda Guido Suller y compañía) o las portadoras de los glúteos turgentes que salen en las revistas de chimentos, la fama es el capital más preciado. Sin embargo, no es así para la más pequeña de los Spinetta, que prefiere juntarse con amigos en una casa y evitar la muchedumbre de un boliche. Su mamá le advierte que también eligió una carrera donde es posible que la paren por la calle dentro de poco pero, sin duda, prefiere que la reconozcan por su propio mérito que por ser "la hija de".
-Parece que te pesa un poco el apellido ¿Tuviste malas experiencias con eso?
-Muchas veces me pregunté por qué mi vida es así. Una persona se me acercó como amiga, pero fue por interés. Por ahí estoy en la playa en bikini y se acerca alguien y tal vez no tengo ganas. Igual lo entiendo, no me enoja.
-¿Qué miedos tenés respecto de tu carrera?
-A veces me agarra temor de no poder tomarme un café tranquila. No quiero ir en el colectivo y que me miren pero esto es un pack, viene todo junto y es lo que amo. No puedo escapar.
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